domingo, 16 de diciembre de 2012

CONFETI Y GLOBOS EN UNA CASA AZUL

Escrito por Alicia Civera
Fotos de Refugio Interior y Alicia Civera


Si hay globos, serpentina y confeti….¡indudablemente estás en el concierto de La Casa Azul!. Nada menos que 28 temas cantó ayer Guille Milkyway durante dos horas y media, a pesar de que estaba enfermo de la garganta y su voz no era la de siempre. Prometió dar lo mejor y añadió: “lo supliré con estar contento”. Con muchas risas, fallos en las letras y un público muy entregado, que abarrotaba la Sala Noise, La Casa Azul hizo su especial revolución

La Casa Azul


Guille aparecía flanqueado por sus músicos, Álvaro y Pablo, todos con extraños cascos y delante de unas pantallas. Un típico de La Casa Azul, una puesta en escena muy cuidada que añade más espectáculo a la música de letras divertidas. Para empezar ‘Los chicos hoy saltarán a la pista’ y ‘Chicle cosmos’. Pero también hubo tiempo para letras emotivas como con ‘Yo También’ canción por la que Guille ganó un Goya. 

Nunca hay bastantes canciones cuando se trata de La Casa Azul, sus conciertos se hacen más cortos porque Guille nos mantiene atentos y porque hay que bailar cada canción. Creo que es uno de los conciertos más largos a los que he asistido, y mira que La Habitación Roja cuando se pone a tocar en su tierra, le cuesta terminar un concierto. Pero ayer Guille tenía mucho que cantar y mucho que contar porque habló bastante.

La Casa Azul

Agradeció en innumerables ocasiones al público su presencia, la verdad es que es la segunda vez que ‘La Polinesia Meridional’ (2003) llega a la ciudad como ya os contamos y, muchos repetimos. Pero el concierto fue distinto, Guille se mostró todavía más cercano al público y no quería defraudar a los fans. Cuando se situaba solo en el piano el público empezaba a pedirle canciones, él reconoció que tiene mala memoria y que se le olvidan las letras, pero aún así lo intentó con “Siempre brilla el sol” de 2003. 


La Casa AzulLas letras ayer no eran su fuerte, porque esa no fue la única ocasión en la que le faltaban palabras, también le pasó alguna que otra vez más, él lo achacó a “las rimas consonantes”. Suponemos que la improvisación y su concentración en la voz hizo que el público tuviera que apoyarle para cantar y recordar. Pero no importó porque los asistentes de la Sala Noise lo aman, estaban encantados, atentos a cada movimiento e hipnotizados por las pantallas. De hecho Milkyway explicó que en otro concierto también tenía bastante mal la voz y que entonces podía cantar como Sergio Dalma, “le van a salir los nódulos del estómago”, añadió.

El público empezó a pedirle la revolución y llegó a Noise ‘La Revolución Sexual’, después Guille admitió que no tenía más canciones preparadas pero aún así nos deleitó con tres más para terminar con la maravillosa “Triple salto mortal”. Nuestro apreciado Guille se despedía de nosotros así: “Muchas gracias guapos ha sido súper bonito”. Gracias a ti.

La Casa Azul

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